Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un contexto donde la inclusión financiera se ha vuelto fundamental para el desarrollo social y económico, Tappoyo emerge como una innovadora fintech con un propósito claro: convertir a mujeres invisibles en emprendedoras invencibles. Esta iniciativa, cofundada por Rennzo Contreras y su hermana Fiorella, ha ganado recientemente el premio Creatividad Empresarial otorgado por la UPC en dos categorías, lo que refleja no solo su impacto social, sino también su potencial en el ámbito empresarial. Tappoyo nació hace seis años, inspirado en la figura materna de los fundadores, una mujer que, a pesar de sus esfuerzos como emprendedora, no pudo acceder a financiamiento debido a la informalidad de su negocio. "Nuestra madre es el referente que nos mueve", afirma Contreras, subrayando el compromiso de Tappoyo de ser un motor de cambio en un sector financiero que históricamente ha excluido a las mujeres más vulnerables. La fintech se dirige principalmente a mujeres de los sectores C, D y E, ofreciendo financiamiento a través de préstamos grupales que permiten a quienes carecen de acceso a crédito obtener una evaluación en menos de cinco minutos. Este enfoque no solo agiliza el proceso, que en instituciones tradicionales podría extenderse por más de dos semanas, sino que también empodera a las participantes al fomentar el trabajo en equipo y la solidaridad. A la fecha, Tappoyo ha beneficiado a más de 4,000 mujeres, con un notable impacto en su calidad de vida. Según Contreras, el 92% de las beneficiarias ha experimentado mejoras significativas tras recibir el préstamo, lo que evidencia la efectividad de su modelo. "Estamos proporcionando una segunda oportunidad a aquellas mujeres que han enfrentado problemas de impago en el pasado, siempre y cuando el grupo esté dispuesto a apoyarlas", añade. El principal competidor de Tappoyo son los prestamistas informales, un sector que afecta a aproximadamente el 80% de la población peruana con tasas de interés que oscilan entre el 1,000% y el 1,400%. Este tipo de financiamiento genera ciclos de deuda insostenibles y prácticas de cobranza abusivas, lo que resalta la importancia del modelo de Tappoyo como una alternativa viable y ética. Para alcanzar a un mayor número de mujeres, la fintech se enfoca en el desarrollo de tecnología innovadora y utiliza una red de mercadeo directo, la primera de su tipo en Perú dedicada a productos financieros digitales. Este modelo ha permitido a las colaboradoras de Tappoyo no solo empoderarse a través de la educación financiera, sino también aumentar sus ingresos en un 30%, mejorando su situación económica sin necesidad de comprometer su tiempo de manera total. Respecto a la tasa de morosidad, que se sitúa en alrededor del 9.5%, Contreras señala que este número es relativamente eficiente en comparación con la competencia, que puede llegar a tener ratios de hasta el 15%. Esto refuerza la idea de que un modelo de negocio centrado en la comunidad y en la colaboración puede ser tanto rentable como socialmente responsable. El reconocimiento obtenido por Tappoyo con el premio Creatividad Empresarial no solo valida su enfoque, sino que también resalta la necesidad de que las empresas contemporáneas busquen un impacto positivo más allá de la rentabilidad. "Los empresarios debemos preguntarnos cómo nuestros productos pueden mejorar la vida de los demás", afirma Contreras, enfatizando la importancia de la sostenibilidad social. Con la vista en el futuro, Tappoyo planea consolidarse aún más en Perú en 2024, con la meta de impactar a 4,500 mujeres. La empresa está en proceso de rediseñar su modelo de negocio para establecer una base financiera sólida y una infraestructura tecnológica robusta, lo que les permitirá captar el talento necesario para escalar sus operaciones. Con una cifra estimada de 3.5 millones de mujeres que podrían beneficiarse de su producto en las regiones que atienden, Contreras destaca el enorme potencial de crecimiento que aún queda por explorar. La visión de Tappoyo también incluye la internacionalización, con Colombia como su primer mercado objetivo, donde las condiciones actuales presentan una oportunidad única para implementar su modelo colectivo financiero. En resumen, Tappoyo no solo se erige como un referente en inclusión financiera, sino que también establece un nuevo estándar en la forma de abordar el empoderamiento femenino en el ámbito empresarial. Con una combinación de tecnología, comunidad y un fuerte compromiso social, esta fintech está marcando el camino hacia un futuro más inclusivo y justo para las mujeres emprendedoras en Perú y más allá.