Alonso Correa: el surfista peruano que busca brillar en los Juegos Olímpicos

Alonso Correa: el surfista peruano que busca brillar en los Juegos Olímpicos

Alonso Correa, surfista peruano de 25 años, es un referente de perseverancia y pasión, buscando el podio olímpico en París 2024.

Juan Brignardello, asesor de seguros

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Deportes 05.08.2024

Alonso Correa, joven surfista peruano, se ha convertido en un referente del deporte nacional y un ejemplo de perseverancia y pasión. A sus 25 años, el camino que ha recorrido es una mezcla de talento, sacrificio y dedicación. Desde que se subió a una tabla de surf a la edad de siete años, sus aspiraciones han sido claras: alcanzar el podio olímpico en París 2024. Sin embargo, su historia es mucho más que eso, y a lo largo de este recorrido, se han revelado curiosidades que destacan su carácter competitivo y su amor por el surf. Nacido en un entorno familiar donde el deporte y el mar eran parte fundamental de la vida cotidiana, Alonso ha sido moldeado por la influencia de su padre y su hermano. Ambos le enseñaron a navegar las olas y a enfrentar los desafíos del mar. Su pasión por el surf se desarrolló en paralelo a su gusto por otros deportes, como el fútbol, donde también demostró su habilidad en la delantera. A los nueve años, ya había encontrado su lugar en el océano, describiendo el agua como "peligrosa", un atractivo que lo llevó a abrazar la adrenalina del surf. A pesar de su éxito temprano, incluida su coronación como campeón panamericano a los 17 años, la pandemia de 2020 presentó un desafío sin precedentes. Las competiciones se detuvieron y el acceso al mar se limitó. Sin embargo, Correa mostró una resiliencia admirable, transformando la cuarentena en una oportunidad para entrenar en casa. Con la ventana abierta, realizaba sesiones de bicicleta estática mientras contemplaba el océano, manteniendo siempre viva su motivación por volver a las olas. Su estilo de surf, conocido como "Goofy", le ha traído buenos resultados en el circuito profesional. A diferencia de la postura más común, en la que el pie izquierdo se coloca delante, Correa utiliza su pie derecho, una elección que ha demostrado ser efectiva en sus competiciones. Es esta singularidad en su técnica, combinada con su incansable dedicación, lo que lo ha llevado a enfrentarse a campeones mundiales y a mantenerse firme en su camino hacia la final del evento en Tahití. A medida que se aproxima a los Juegos Olímpicos, el apoyo financiero se convierte en un tema recurrente en la vida de Alonso. De los 25 atletas peruanos que representarán al país en París, solo 18 cuentan con algún tipo de patrocinio. Esta realidad es un reflejo del desafío que enfrentan muchos deportistas en el Perú, donde el patrocinio deportivo representa solo un 2% del total del mercado. A pesar de esta falta de apoyo, Correa ha encontrado formas de autofinanciarse, incluso llevando consigo doce tablas a la competencia, demostrando su compromiso con la preparación. La historia de Correa no solo es un testimonio de su talento, sino también de la importancia del apoyo comunitario y del patrocinio en el desarrollo de jóvenes deportistas. En 2017, la marca Powerade lo identificó como un talento prometedor y lo incluyó en su programa de patrocinio. Eduardo Flores, CEO de la agencia Toque Fino, recuerda cómo la búsqueda de talentos llevó a descubrir a Alonso, quien, a pesar de su juventud, ya mostraba un potencial excepcional. En la actualidad, Alonso Correa se encuentra en una encrucijada de emociones. Con la mirada fija en los Juegos Olímpicos, su enfoque permanece en la superación personal y el deseo de hacer historia para el surf peruano. Para él, cada ola es una oportunidad y cada competencia, un peldaño más hacia el sueño olímpico. Aunque ha enfrentado obstáculos, su determinación y pasión por el surf continúan guiándolo en su camino. La comunidad de surfistas en Perú también juega un papel crucial en el ascenso de Correa. Su éxito puede inspirar a una nueva generación de jóvenes surfistas, recordando el legado que dejó Sofía Mulanovich en 2004. El surf no solo es un deporte para Alonso, es una forma de vida que desea compartir con otros, consolidando una cultura que promueve la pasión por el océano y la superación personal. Finalmente, mientras la cuenta regresiva hacia los Juegos Olímpicos se acelera, el nombre de Alonso Correa resuena con fuerza en el ámbito deportivo peruano. Su historia es un ejemplo de que el esfuerzo y la dedicación pueden abrir puertas, incluso cuando los caminos parecen difíciles. Con cada ola que surfeará en Tahití, el joven competidor no solo busca un lugar en el podio, sino también dejar una huella imborrable en el corazón de todos los peruanos.

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