Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En las recientes regatas olímpicas de windsurf (iQFOiL) en París 2024, María Belén Bazo ha logrado un hito sin precedentes para la vela peruana al obtener un diploma olímpico, quedando en el cuarto puesto de la clasificación general. Este logro no solo marca un antes y un después en su carrera deportiva, sino que también la establece como una de las figuras más destacadas del deporte peruano contemporáneo. El cuarto lugar de María Belén se convierte en el mejor resultado en la historia de la vela peruana y se coloca detrás de las medallas obtenidas por otros deportistas peruanos, como Alonso Correa en surf y Francisco Boza en tiro. La historia de María Belén es inspiradora y revela el esfuerzo y la dedicación que ha puesto en su camino hacia el éxito. Desde sus inicios en la gimnasia, donde mostró un gran talento, la joven promesa del deporte peruano siempre soñó con llegar a lo más alto. Su entrenamiento no ha sido fácil; a los 17 años, ya había enfrentado múltiples desafíos, incluidos viajes continuos al extranjero y la necesidad de recaudar fondos para poder entrenar adecuadamente. En 2016, recurrió a la plataforma makeachamps.com, donde logró reunir seis mil dólares que le permitieron continuar con sus entrenamientos y perseguir su sueño olímpico. El cambio de la gimnasia a la vela fue un nuevo capítulo en su vida. La familia Bazo siempre tuvo una conexión con el mar, y María Belén encontró en el windsurf una nueva forma de expresarse y de desafiar sus propios límites. Adaptarse a la nueva modalidad de iQFOiL, que se caracteriza por su rapidez y técnica especial, no fue tarea fácil, pero su capacidad para aprender y adaptarse la ha llevado a competir al más alto nivel. La vida de María Belén ha estado marcada por la adversidad. Este año, perdió a su madre, Pilar Germán, quien siempre fue su mayor apoyo y guía. A pesar del dolor de su partida, María Belén encontró la fuerza en los recuerdos de su madre y utilizó esa energía para completar su ciclo olímpico. La perseverancia y el espíritu indomable de la joven han sido claves para su éxito en París. El camino hacia las Olimpiadas ha estado lleno de altibajos, desde la incertidumbre de quedar como primera suplente en la clasificación hasta el momento en que recibió la noticia de que había obtenido un cupo en la competencia tras la renuncia de otra velerista. Este giro del destino demuestra que la dedicación y la determinación pueden abrir puertas incluso en las circunstancias más difíciles. Durante las regatas, los espectadores quedaron cautivados con el desempeño de María Belén. En los cuartos de final, su actuación fue espectacular, logrando avanzar a las semifinales y quedando a solo cuatro segundos de competir por la medalla. Aunque no pudo alcanzar el podio, su actuación fue digna de celebración y dejó una huella imborrable en la historia del deporte peruano. Con cada ola que surcaba, María Belén no solo representaba a su país, sino también los sueños y aspiraciones de una generación de jóvenes deportistas que buscan dejar su marca. Su historia es un recordatorio del poder del trabajo duro y la pasión en la búsqueda de metas, y cómo el apoyo familiar puede ser un pilar fundamental en el camino hacia el éxito. La celebración de su logro fue acompañada por su padre, Don Fernando Bazo, y su hermano, quienes la abrazaron emocionados, envueltos en la bandera peruana, recordando que, a pesar de los resultados, el verdadero triunfo radica en la perseverancia y el amor por lo que se hace. María Belén es un símbolo de esperanza y una inspiración para todos aquellos que aspiran a dar lo mejor de sí en sus respectivas disciplinas. María Belén Bazo, una joven que comenzó como una niña soñadora en la gimnasia y que ha crecido para convertirse en una figura emblemática en la vela, nos demuestra que en el deporte, como en la vida, no hay límites para quienes están dispuestos a luchar por sus sueños. Su historia continúa, y el mundo observa con admiración lo que esta talentosa atleta podrá lograr en el futuro.