Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una iniciativa inspiradora que combina la educación con la preservación cultural, un grupo de aprendices de oficios patrimoniales ha emprendido un proyecto para reparar una iglesia catalogada en Lancaster. Este esfuerzo no solo tiene como objetivo restaurar una pieza significativa de la arquitectura, sino que también proporciona una capacitación práctica crucial para la próxima generación de hábiles artesanos y artesanas. Kathrine Graf, una aprendiz de cantería, expresó el sentimiento compartido entre sus compañeros, afirmando que el proyecto "ofrece la oportunidad perfecta para demostrar lo que hemos aprendido en nuestros respectivos oficios". Este programa aborda un problema crítico identificado por la organización benéfica Heritage Crafts, que ha resaltado una creciente escasez de habilidades especializadas necesarias para la reparación y conservación de edificios. El riesgo de perder oficios tradicionales como la talla de sílex, la albañilería a medida, la fabricación de vitrales y la colocación de pizarra se ha vuelto cada vez más urgente, lo que ha llevado a iniciativas como esta. Bullen Conservation lidera los esfuerzos de reparación en Lancaster, centrándose tanto en el trabajo de restauración como en la formación de aprendices. Durante cinco semanas, los participantes se involucrarán en reparaciones prácticas del techo de la iglesia y de la mampostería en altura, mientras también aprenden habilidades esenciales en talleres en el Lancaster and Morecambe College. El programa de formación integral abarca una amplia variedad de técnicas tradicionales, incluyendo la mezcla de mortero de cal caliente, techado de pizarra, cantería, yesería, carpintería y mampostería de barro. Entre los aprendices se encuentra Ellen Hunt, una aprendiz de vitrales cuya pasión por el patrimonio cultural impulsa su participación. Con solo 23 años, Ellen expresó su entusiasmo por el proyecto, compartiendo que su amor por las ventanas de vitrales floreció durante sus estudios en Italia. Al regresar al Reino Unido, buscó un curso para principiantes para profundizar en el oficio. "Nunca he trabajado en un edificio patrimonial antes, y eso es lo que hace que esta oportunidad sea tan emocionante para mí", observó, reflexionando sobre la experiencia única. Ellen continuó: "Está abriendo puertas que nunca hubiera esperado que se abrieran". A medida que los aprendices aprenden de maestros artesanos y desarrollan sus habilidades en un contexto del mundo real, este proyecto no solo ayuda a preservar una pieza tangible de la historia, sino que también nutre las habilidades de aquellos que algún día se convertirán en los custodios del patrimonio arquitectónico de la nación. Iniciativas como esta son esenciales para asegurar que los oficios tradicionales no solo sobrevivan, sino que prosperen, permitiendo que las futuras generaciones disfruten y aprecien el rico tapiz cultural que representan.