Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En Guernsey, los meses de verano se han convertido en un campo de batalla para los padres trabajadores, quienes navegan por el difícil terreno de la disponibilidad y la asequibilidad del cuidado infantil. La diputada Sasha Kazantseva-Miller ha dado un paso al frente para destacar estos desafíos urgentes, comparando la situación con una “crisis” que exige atención inmediata. Para muchas familias, el final del año escolar no trae el alivio de un descanso; en cambio, da paso a una temporada de ansiedad sobre cómo gestionar sus compromisos profesionales mientras aseguran el cuidado de sus hijos. Con trabajos a tiempo completo que mantener y sin escuela a la que enviar a sus hijos, los padres se encuentran en una posición precaria. La campaña de la diputada tiene como objetivo amplificar sus voces y presionar por sistemas de apoyo más robustos que puedan aliviar esta carga. Las preocupaciones expuestas por Kazantseva-Miller resuenan con las experiencias de numerosos padres y cuidadores que han expresado frustraciones sobre los servicios de cuidado infantil existentes. El costo de los programas de verano se ha disparado, dejando a muchas familias luchando por encontrar opciones asequibles que se ajusten a sus presupuestos. Si bien hay algunas provisiones para familias de bajos ingresos, la realidad es que muchos padres trabajadores se encuentran fuera de estos grupos, incapaces de acceder al apoyo que tanto necesitan. Además, los padres de niños con necesidades educativas especiales y discapacidades se ven particularmente afectados, enfrentando una brecha significativa en los servicios que atienden las necesidades específicas de sus hijos. La falta de opciones de cuidado infantil adaptadas no solo impacta el bienestar de estos niños, sino que también genera un estrés adicional en sus familias, que deben buscar arreglos alternativos durante los meses de verano. Kazantseva-Miller argumenta que abordar estos desafíos de cuidado infantil no es simplemente una cuestión de bienestar familiar individual; también es un asunto económico. Al asegurar que los padres reciban el apoyo adecuado en sus roles como cuidadores y empleados, la isla puede fomentar una fuerza laboral más robusta. Cuando los padres pueden mantener su empleo sin la constante preocupación del cuidado infantil, esto contribuye positivamente tanto a la economía como a la salud mental de las familias. A medida que se acerca el verano, la llamada a la acción se vuelve cada vez más urgente. Se insta a las autoridades locales, organizaciones comunitarias y empresas a unirse para formular soluciones que no solo satisfagan las necesidades inmediatas de cuidado infantil, sino que también allanen el camino para un enfoque más sostenible del cuidado infantil en el futuro. La defensa de la diputada Kazantseva-Miller arroja luz sobre un problema crítico que afecta a innumerables familias en Guernsey, enfatizando que el momento de cambiar es ahora.