Los Padres se lanzan de lleno al bullpen: A.J. Preller enfrenta altas apuestas en medio de los movimientos antes de la fecha límite de cambios.

En un movimiento que ha enviado ondas de choque a través de la comunidad del béisbol, el gerente general de los San Diego Padres, A.J. Preller, ha dejado nuevamente su huella en la franquicia, esta vez en la fecha límite de cambios. La adquisición del destacado relevista Tanner Scott y el derecho Bryan Hoeing han transformado el bullpen de los Padres en lo que muchos ahora consideran el mejor de la liga—en papel. Sin embargo, esta audaz maniobra tiene un costo significativo: la reducción de un sistema de granjas ya escaso, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad laboral de Preller y la visión a largo plazo para la franquicia. El historial de Preller ha sido uno de movimientos agresivos dirigidos al éxito inmediato, pero las últimas transacciones han suscitado escrutinio sobre si ha sacrificado el futuro de la organización para salvar su propia posición. Los cambios le costaron a los Padres cuatro prospectos bien valorados, lo que ha llevado a la especulación de que Preller está bajo presión para entregar resultados. Cuando se le preguntó sobre las posibles consecuencias de sus decisiones, Preller desvió la atención, insistiendo en que la plantilla actual tiene la capacidad de competir por un campeonato esta temporada, mientras también elogiaba la profundidad de los prospectos restantes. “Creemos que tenemos un equipo que puede ganar este año. Y me lo tomo en serio,” afirmó, enfatizando su creencia en un enfoque equilibrado entre la competitividad actual y el desarrollo futuro. El bullpen de los Padres había sido una debilidad evidente, clasificándose entre el tercio inferior de las Grandes Ligas en efectividad (ERA) antes de la llegada de Scott. La adición de Scott, quien lanzó como cerrador en el Juego de Estrellas de este año, junto con el también adquirido Jason Adam, aporta un nuevo nivel de estabilidad y fortaleza a las situaciones de final de juego. El manager Mike Shildt expresó su entusiasmo, señalando que los nuevos lanzadores podrían acortar significativamente los partidos y aliviar la pesada carga de trabajo que había recaído sobre los lanzadores existentes como Robert Suárez. Sin embargo, los Padres también enfrentaron desafíos para reforzar su rotación de abridores, habiendo estado sin los veteranos Yu Darvish y Joe Musgrove durante un período prolongado. Preller exploró varias opciones antes de decidir priorizar la ayuda en el relevo, un movimiento que algunos analistas sugieren que refleja una apuesta sobre el resultado de la temporada. “Teníamos las dos áreas bastante parecidas,” reconoció Preller, añadiendo que finalmente decidieron que fortalecer el bullpen proporcionaría el impacto más inmediato. Los cambios se producen en un contexto de incertidumbre tras la muerte del propietario de los Padres, Peter Seidler, un apoyo clave para la estrategia agresiva de Preller. Con la dinámica de la propiedad en cambio, muchos expertos creen que la seguridad laboral de Preller ahora está en la cuerda floja. Un fracaso en alcanzar la postemporada podría costarle su puesto, intensificando la presión sobre el gerente general mientras navega el resto de la temporada. A pesar de las altas apuestas, Preller mantiene un nivel de confianza, afirmando que su pasión por el juego y su compromiso con ganar permanecen inalterados. “Me lo tomo bastante en serio. Me gusta el trabajo y lo disfruto,” dijo, insistiendo en que la motivación por el éxito es tan fuerte como siempre. A medida que los Padres buscan capitalizar sus audaces movimientos, las próximas semanas revelarán si los riesgos calculados de Preller darán sus frutos en forma de una carrera hacia la postemporada o si conducirán a un mayor escrutinio de sus decisiones y la dirección futura de la franquicia. La presión está sobre ellos, y todos los ojos están puestos en los Padres mientras se embarcan en lo que podría ser un tramo pivotal de la temporada.