Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La situación en torno a los eventos de triatlón en los Juegos Olímpicos de París ha llegado a un punto crítico, con la inminente posibilidad de transformar el triatlón olímpico, que ha existido durante mucho tiempo, en un duatlón debido a preocupaciones sobre la calidad del agua en el río Sena. Después de una importante inversión previa a los Juegos destinada a limpiar el río, las recientes lluvias intensas han provocado un aumento en los niveles de bacterias, lo que ha llevado a los funcionarios a posponer el triatlón masculino programado para hoy. La decisión de sustituir potencialmente el componente de natación del triatlón por una carrera de 5 km podría alterar drásticamente la dinámica de las competiciones. El triatlón olímpico típicamente consiste en una natación de 1,500 m, un recorrido en bicicleta de 40 km y una carrera de 10 km. Si el evento se convierte en un duatlón, significaría que los participantes comenzarían con una carrera en lugar de una natación, cambiando fundamentalmente la naturaleza de la competencia. Expertos en el campo, incluidos entrenadores de rendimiento como Andrew Woodroffe y el entrenador de triatlón Mark Buckingham, han expresado su preocupación de que el cambio a un duatlón podría sorprender a muchos atletas. La mayoría de los competidores se han preparado específicamente para el componente de natación, y la eliminación de este elemento nivelaría el campo de juego de maneras inesperadas. Como señala Buckingham, los atletas normalmente no se preparan para un cambio tan drástico en el formato de la carrera, lo que podría generar confusión e impactar los resultados de rendimiento. Además, las implicaciones fisiológicas de comenzar con una carrera en lugar de una natación son significativas. La fatiga generada por correr es marcadamente diferente de la que se experimenta al nadar. Los atletas acostumbrados a un formato de natación primero podrían encontrarse sin preparación para los desafíos alterados que plantea un duatlón. Los nadadores más fuertes, que de otro modo podrían esperar aprovechar sus habilidades, verían disminuida su ventaja competitiva, lo que podría llevar a que los medallistas fueran diferentes a los anticipados. Las repercusiones de este plan de contingencia van más allá de los meros resultados de la carrera; afectan la imagen y la integridad del triatlón como deporte. Ambos entrenadores enfatizan la decepción que esto podría traer, sugiriendo que el evento podría ser visto como disminuido o marcado con un asterisco debido a las circunstancias que lo rodean. Para muchos atletas, la integridad de la experiencia olímpica es primordial, y un cambio a duatlón podría socavar eso. La cuestión de la calidad del agua en el Sena ha sido una preocupación de larga data, con el sistema de alcantarillado combinado en París contribuyendo al riesgo de contaminación tras lluvias intensas. Los recientes eventos meteorológicos han agravado estos problemas, con precipitaciones significativas ocurridas en un corto período de tiempo, abrumando la infraestructura de gestión del agua de la ciudad. Como señaló la presidenta de World Triathlon, Marisol Casado, la situación es volátil, con un 60-40 de probabilidad de que las carreras se lleven a cabo según lo planeado el miércoles. Han surgido llamados a planes de contingencia alternativos tanto de atletas actuales como de exatletas, quienes argumentan que priorizar la salud de los atletas debería haber justificado un lugar de respaldo. Muchos creen que si los organizadores hubieran anticipado el potencial de eventos meteorológicos tan extremos, habrían establecido contingencias más sólidas. Este sentimiento es compartido por el triatleta belga Marten Van Riel, quien enfatizó que respetar los esfuerzos de preparación de los atletas debería haber sido primordial. La posible transición a un duatlón plantea preguntas sobre el futuro del triatlón en los Juegos Olímpicos. Los cambios podrían no solo afectar el evento de este año, sino que podrían repercutir en competiciones futuras a medida que los organizadores reevaluen sus estrategias para gestionar la calidad del agua y la seguridad de los atletas. A medida que continúan los Juegos de París, el foco de atención permanece firmemente sobre el Sena y las decisiones que darán forma a la narrativa del triatlón olímpico en los años venideros.