Juan Brignardello Vela
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La judoca Prisca Awiti Alcaraz ha logrado conquistar el corazón de los mexicanos y el reconocimiento internacional al obtener la medalla de plata en la categoría de -63 kilos en los Juegos Olímpicos de París 2024. Este logro no solo representa una victoria personal para Awiti, sino que marca un hito histórico para el judo mexicano, siendo la primera vez que el país consigue una medalla en esta disciplina en la historia olímpica. La emoción en México se desbordó al escuchar el himno nacional durante la ceremonia de premiación, un momento que quedará grabado en la memoria colectiva del país. Nacida en Londres hace 28 años, Awiti ha estado representando a México en competiciones internacionales desde 2017, gracias a su madre, quien es mexicana. Este vínculo con México ha sido fundamental en la vida de la judoca, quien ha encontrado en su país de adopción no solo un lugar para competir, sino una fuente de motivación y orgullo. Su camino hacia la medalla en París comenzó con una victoria contundente sobre Nigara Shain, del equipo de refugiados, lo que la llevó a una serie de combates que demostraron su destreza y determinación en el tatami. A medida que avanzaba en el torneo, Prisca se enfrentó a rivales de gran renombre, incluido un combate impresionante contra la polaca Angelika Szymańska, actualmente clasificada como la cuarta mejor del mundo. Esta victoria fue un claro reflejo del talento y la preparación de Awiti, quien ocupa el puesto 18 en el ranking mundial. A pesar de ser considerada la "underdog" en esta competencia, demostró que el trabajo y la dedicación pueden superar cualquier expectativa. La final contra la eslovena Andreja Leški fue un desafío formidable. Aunque Awiti no logró alzarse con el oro, su desempeño en los Juegos Olímpicos ha dejado claro que está en la senda correcta hacia el éxito. Su entrenador, Jorge Atencio Ramírez, expresó su satisfacción y optimismo tras la medalla de plata, asegurando que este es solo el comienzo de una nueva era para el judo mexicano. "El judo mexicano ha ido evolucionando. Aquí tenemos una nueva generación de atletas que están dispuestos a luchar y dejar huella", afirmó Atencio. El viaje de Prisca no ha estado exento de sacrificios. Desde pequeña mostró interés en los deportes, aunque fue el judo el que capturó su atención y la llevó a alcanzar niveles destacados. La influencia de su familia ha sido crucial en su carrera, en especial la de su hermano Philip, quien fue judoca de alto rendimiento. "Siempre he querido lograr lo que él hizo y más; aún se mantiene como mi motivación principal", confesó Awiti en entrevistas sobre su vida y aspiraciones. El reconocimiento de los logros de Awiti ha generado un renovado interés en el judo en México. La medalla de plata es un punto de inflexión que podría inspirar a una nueva generación de jóvenes atletas a perseguir sus sueños en este deporte. La comunidad deportiva y los aficionados mexicanos se han volcado en elogios hacia la judoca, celebrando no solo su éxito, sino también su dedicación y el esfuerzo que ha puesto en cada combate. A lo largo de su trayectoria, Awiti ha demostrado que el judo es más que un deporte; es una forma de vida. Su conexión emocional con México y su deseo de representar al país con orgullo han resonado con un público que se siente identificado con su historia. "En México, he encontrado alegría y una forma de luchar con el corazón", manifestó, reflejando su profundo amor por la nación que ha elegido como su hogar deportivo. Con esta medalla, Prisca Awiti ha dejado una marca indeleble en la historia de los Juegos Olímpicos y en el judo mexicano. A medida que las competencias avanzan en París, muchos esperan ver más tarde a esta talentosa deportista en el podio, con el oro en sus manos. Su hazaña en París 2024 es solo un capítulo más en una historia que, seguramente, continuará siendo escrita con más éxitos y triunfos en el futuro. La comunidad judoca y los aficionados de todo México aplauden su esfuerzo y dedicación, sabiendo que el camino hacia el éxito está lleno de desafíos. Sin embargo, con el apoyo de su familia, su entrenador y un país que la respalda, Awiti se ha convertido en un símbolo de perseverancia y talento. Esta medalla de plata no solo será un recuerdo de su esfuerzo, sino un faro que ilumina el camino para futuras generaciones de atletas que se atrevan a soñar en grande.