Juan Brignardello Vela
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María Belén Bazo se encuentra en un momento crucial de su carrera como velerista, a menos de un mes de la competencia de los Juegos Olímpicos de París 2024. Desde Marsella, donde ha establecido su base de entrenamiento, la joven deportista peruana ha compartido con entusiasmo sus expectativas y su preparación. En un contexto donde la presión es parte del juego, Bazo ha optado por un enfoque más relajado, buscando disfrutar la experiencia olímpica mientras se esfuerza por dar lo mejor de sí. La atleta, quien ya participó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, recuerda el desafío que significó competir en esa ocasión. A pesar de haber quedado en el puesto 13, la mejor posición para una peruana en la historia de los Juegos Olímpicos, la experiencia la marcó de manera significativa. La transición a una nueva modalidad, el iQFOiL, ha representado un reto adicional, pero también una oportunidad para crecer. "Era otra modalidad. La había entrenado toda mi vida. Ahora, sin esa presión, me siento más relajada y lista para competir", afirma Bazo. El entrenamiento de Bazo ha sido riguroso y meticuloso. Desde su llegada a Marsella hace un mes, ha estado practicando en el mismo lugar donde se desarrollarán las competencias, lo que le permite familiarizarse con las condiciones específicas del mar. La velerista ha estado entrenando junto a competidoras de diferentes países, lo que ha enriquecido su preparación. "Hemos estado entrenando partidas, maniobras y todo tipo de entrenamientos específicos. La regata de práctica fue muy buena para nosotros", comenta entusiasta. La clasificación para París 2024 no fue fácil, y Bazo comparte que al principio sintió tristeza y confusión al no clasificar en el momento esperado. Sin embargo, una vez que se confirmó su participación tras la declinación de otra competidora, su emoción por estar en los Juegos Olímpicos fue desbordante. "Me puse súper feliz y emocionada de poder participar en estos juegos", señala, revelando su gratitud por la oportunidad que se le presenta. A medida que se acerca la fecha de la competencia, la velerista se siente más preparada y con una mentalidad renovada. La experiencia adquirida en Tokio y en otras competencias le ha enseñado que la presión por obtener resultados puede ser contraproducente. "No sirve de mucho presionarse y ponerse nerviosa. Estoy lista para dar lo mejor de mí", explica, enfatizando su deseo de disfrutar cada momento de esta experiencia única. El sueño de conseguir una medalla sigue vigente, pero ahora, la perspectiva de Bazo es diferente. Se siente más confiada y con una mejor actitud, lo que considera fundamental para enfrentar la competencia. "Creo que eso me va a ayudar bastante a pelear por ese objetivo", afirma con determinación. Su amor por la navegación y el deseo de superarse son sus principales motivaciones en esta aventura. Además de su enfoque en la competición, Bazo no olvida la importancia del apoyo familiar. Su padre y su hermano la acompañan en Marsella, lo que le brinda una sensación de cercanía y motivación adicional. "Espero que haya más peruanos apoyándome. El respaldo del público siempre es importante", menciona, destacando el deseo de sentir el calor de sus compatriotas durante la competencia. En cuanto al Team Perú, Bazo es optimista. Con solo tres representantes en la disciplina de vela, confía en las capacidades de sus compañeros, como Stefano Peschiera y Florencia Chiarella. "Siento que estamos bien preparados y que podemos hacer un buen papel. Hay mucha ilusión por representar a nuestro país", asegura, reflejando el espíritu competitivo que caracteriza a los deportistas peruanos. A medida que se aproxima la competencia, la historia de Bazo se entrelaza con la de otros atletas peruanos, creando una narrativa de esfuerzo, superación y esperanza. En un contexto donde la presión puede ser abrumadora, su enfoque en disfrutar la experiencia es un recordatorio de que, más allá de los resultados, cada momento vivido en los Juegos Olímpicos es un regalo. Con una actitud renovada y un corazón lleno de motivación, María Belén Bazo se prepara para enfrentar el desafío de París 2024, soñando con alcanzar nuevas metas y dejar una huella imborrable en la historia del deporte peruano.