La cruda realidad económica de Nicaragua: salarios insuficientes y precariedad generalizada

La cruda realidad económica de Nicaragua: salarios insuficientes y precariedad generalizada

La situación económica en Nicaragua es desoladora: el aumento del salario mínimo no alcanza para cubrir la canasta básica, generando precariedad y obligando a malabares para alimentarse. La crisis se agrava con la disparidad entre ingresos y costos, el aumento del trabajo informal y la dependencia de remesas. Miles de nicaragüenses enfrentan una realidad insostenible, con altas tasas de migración como posible salida.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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La realidad económica que enfrentan miles de nicaragüenses en la actualidad es desoladora. A pesar del aumento del salario mínimo decretado por el Gobierno de Daniel Ortega, que situó el ingreso mensual en 8.746,46 córdobas (equivalente a unos 239 dólares al cambio oficial), la mayoría de la población se encuentra en una situación de extrema precariedad. Un claro reflejo de esta crisis es que el 86.8% de los nicaragüenses no pueden costear la canasta básica, según un informe de Hagamos Democracia. La historia de Lydia, una trabajadora de una maquila en Managua, ilustra la lucha diaria de muchas familias para llegar a fin de mes. A pesar de que su salario aumentó, sigue siendo insuficiente para cubrir los gastos básicos, especialmente en lo que respecta a la alimentación. Lydia relata cómo se ve obligada a hacer malabares para alimentar a sus dos hijos, recurriendo a alimentos económicos como arroz, frijoles y sopas instantáneas, y sacrificando otros productos más costosos. El informe de Hagamos Democracia revela que el 87.3% de las personas consultadas en Nicaragua expresaron que sus ingresos no les permiten cubrir todos sus gastos mensuales, lo que evidencia la grave crisis económica que atraviesa el país. El costo de la canasta básica se ha disparado en los últimos años, alcanzando los 20.560 córdobas en mayo de 2024, lo que representa un verdadero desafío para las familias nicaragüenses. La disparidad entre el aumento de los precios de los alimentos y la disminución del poder adquisitivo de la población, evidenciada por el estudio de Hagamos Democracia, pone de manifiesto la grave situación económica que enfrenta Nicaragua. Mientras los alimentos han aumentado entre un 26% y un 146% en los últimos seis años, el salario real ha disminuido en más del 20%, lo que ha llevado a una situación insostenible para muchas familias. Además, la precariedad laboral en el país es alarmante, con un aumento significativo de personas que trabajan por cuenta propia y una disminución en el empleo formal. Esta situación tiene consecuencias directas en la capacidad de las personas para cubrir sus gastos y en su acceso a la seguridad social. El aumento del trabajo informal refleja la incapacidad del Gobierno para generar empleo estable y de calidad. Las remesas familiares se han convertido en un pilar fundamental para la economía nicaragüense, siendo necesarias para la subsistencia de muchas familias. Sin embargo, esta dependencia de las remesas pone de manifiesto la precariedad económica en la que se encuentran numerosos hogares en el país. Expertos señalan que las remesas ya no se utilizan para gastos superfluos, sino que son indispensables para cubrir los gastos básicos de alimentación y vivienda. Tras seis años de crisis sociopolítica, la población nicaragüense sigue enfrentando un panorama desolador, con un alto porcentaje de personas que expresan su deseo de migrar si tuvieran la oportunidad. La persecución política y la precariedad económica han llevado a más de un millón de nicaragüenses a huir del país en busca de mejores condiciones de vida. La falta de oportunidades laborales y la crisis económica han llevado a una situación límite para muchos nicaragüenses, que ven en la migración una posible salida a sus problemas.

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