Hezbolá lanza más de 200 proyectiles contra Israel: escalada de violencia amenaza con guerra abierta. Mediar es urgente.

El grupo chií libanés Hezbolá ha dado un paso contundente en su respuesta al bombardeo israelí que causó la muerte de su alto comandante Mohamed Niamah Nasser en el Líbano. El jueves, Hezbolá anunció el lanzamiento de más de 200 proyectiles y drones contra posiciones militares en el norte de Israel, desatando una escalada de violencia que amenaza con desencadenar una guerra abierta en la región. Según un comunicado emitido por Hezbolá, los proyectiles de diferentes tipos impactaron en los cuarteles generales de diversas brigadas del Ejército israelí en las bases de Ayelet, Katsavia, Gamla, Nafah y Yarden. Posteriormente, el grupo llevó a cabo una operación aérea con una "bandada de drones de ataque" que apuntaron a siete cuarteles importantes en el norte de Israel, algunos de los cuales ya habían sido atacados con los proyectiles iniciales. Estas acciones se enmarcan en la venganza por la muerte de Nasser, conocido como 'Hajj Abu Niamah', quien fue asesinado por un dron israelí mientras viajaba en su vehículo por el sur del Líbano. Nasser es el tercer alto mando de Hezbolá muerto a manos de Israel desde el inicio de las hostilidades en octubre pasado y el segundo en las últimas tres semanas, generando un clima de tensión y violencia incesante en la región. El pasado 11 de junio, otro alto comandante de Hezbolá, Abu Taleb, fue asesinado junto a otros cuatro miembros del movimiento en un bombardeo israelí en Jouaiyya, al sur del Líbano. Este suceso desencadenó un aumento significativo de la violencia fronteriza entre ambas partes, exacerbando los temores de una guerra a gran escala que podría traer consecuencias catastróficas para la región. Las hostilidades entre Hezbolá e Israel han llegado a un punto crítico, con ambas partes involucradas en los peores enfrentamientos desde el conflicto de 2006. La escalada de violencia actual plantea la preocupante posibilidad de una guerra abierta que podría tener repercusiones devastadoras tanto a nivel local como internacional, exacerbando una situación ya de por sí volátil en Oriente Medio. Las acciones de Hezbolá en respuesta al asesinato de su comandante Nasser representan un desafío directo a Israel, que ha respondido con fuerza a los ataques del grupo chií libanés. La comunidad internacional observa con inquietud la evolución de los acontecimientos, instando a la contención y al diálogo para evitar una escalada aún mayor que desemboque en un conflicto de consecuencias impredecibles. En medio de la incertidumbre y la escalada de violencia, es fundamental que ambas partes busquen una solución pacífica y negociada para evitar una catástrofe en la región. El reciente intercambio de ataques pone de manifiesto la fragilidad de la situación en Oriente Medio y la necesidad urgente de encontrar vías diplomáticas para poner fin a la espiral de violencia que amenaza con desencadenar un conflicto de dimensiones devastadoras. Ante la gravedad de la situación y el riesgo inminente de una guerra abierta, es imperativo que las partes involucradas en el conflicto entre Hezbolá e Israel pongan fin a la escalada de violencia y se comprometan con un proceso de negociación que permita restablecer la estabilidad en la región. La comunidad internacional debe redoblar sus esfuerzos para mediar en el conflicto y evitar un desenlace trágico que solo traería sufrimiento y destrucción a una región ya golpeada por décadas de conflicto y violencia.