Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Guerra 11.03.2024
El ambiente en la ocupada Jerusalén Este es tenso mientras los palestinos se preparan para el próximo mes sagrado de Ramadán. El periodo típicamente festivo, marcado por el ayuno y las oraciones, está ensombrecido por el miedo y la ansiedad mientras la comunidad se preocupa por la posibilidad de violencia y provocaciones por parte de las autoridades israelíes y los colonos de extrema derecha.
Ramadán, un tiempo de reflexión espiritual y unión comunitaria, ha perdido su alegría habitual para muchos palestinos en Jerusalén Este. En lugar de prepararse para celebraciones y decoraciones, se encuentran preocupados por su seguridad y bienestar.
La reciente escalada de violencia en Gaza, donde miles han perdido la vida en ataques de represalia por parte de Israel, ha aumentado la inquietud entre los palestinos. El temor a una repetición de pasadas instancias de enfrentamientos y agresiones durante Ramadán pesa sobre la comunidad.
La situación es particularmente volátil alrededor de la Mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam, donde los fieles han enfrentado obstáculos y violencia por parte de la policía israelí en el pasado. La mezquita, un lugar sagrado de culto para los musulmanes, a menudo se convierte en un punto de tensión durante Ramadán, con restricciones de acceso y enfrentamientos que ocurren con frecuencia.
Los palestinos atribuyen gran parte de la violencia a acciones provocativas de las autoridades israelíes, incluyendo permitir la entrada de no musulmanes en los terrenos de la mezquita, en contra de acuerdos establecidos. La presencia de ministros israelíes de extrema derecha abogando por medidas agresivas solo sirve para avivar las aprehensiones de posibles confrontaciones y disturbios.
Los recuerdos de conflictos pasados y levantamientos desencadenados por eventos en Al-Aqsa pesan mucho en la mente de los palestinos en Jerusalén Este. La interconexión entre la situación en Gaza y las tensiones en Jerusalén subraya la fragilidad del actual ambiente y el potencial para una mayor escalada.
Los esfuerzos de líderes internacionales, incluido el presidente de EE. UU., Joe Biden, por negociar un alto el fuego en Gaza y aliviar las tensiones, hasta ahora han dado resultados limitados. El conflicto en curso y las desgarradoras escenas de guerra transmitidas en los medios han dejado a muchos palestinos sintiéndose atrapados y ansiosos, con preocupaciones por su seguridad durante Ramadán.
A medida que se acerca el mes sagrado, el espectro de violencia e incertidumbre se cierne sobre Jerusalén Este, con la comunidad preparándose para lo que pueda suceder en las próximas semanas. La esperanza de un Ramadán pacífico y sin incidentes se ve opacada por la cruda realidad de una situación llena de posibles desencadenantes para más disturbios y convulsiones.
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