Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Guerra 20.02.2024
Los coloridos barriletes que vuelan alto en los cielos sobre Rafah en la Franja de Gaza pueden parecer una vista simple e inocente, pero llevan consigo un peso de resistencia y esperanza verdaderamente notable. En medio de la devastación causada por la guerra continua de Israel en Gaza, estos barriletes se han convertido en algo más que simples juguetes: se han convertido en símbolos de alegría y normalidad para los niños que llaman a esta región devastada por la guerra su hogar.
En medio del caos y la destrucción, donde tiendas improvisadas ocupan el lugar de hogares y la búsqueda de necesidades básicas como comida y agua es una lucha diaria, los niños de Rafah han encontrado consuelo en el simple placer de volar barriletes. Para niños como Tariq Khalaf, de 12 años, tener un barrilete para jugar les ha brindado un escape muy necesario de las duras realidades del desplazamiento y el conflicto.
Tariq, quien se vio obligado a abandonar su hogar en Nassr debido a los bombardeos, recuerda la alegría de jugar afuera con sus amigos, un lujo que ahora valora más que nunca. "Es tan agradable verlo elevarse en el cielo con el viento, y correr junto a él, yo y mis amigos de las tiendas cercanas", dice, sus palabras reflejan tanto su anhelo de normalidad como su espíritu inquebrantable.
De manera similar, Salem Baraka, padre de seis hijos que ha sido desplazado repetidamente debido a la violencia en Gaza, ha visto cómo el simple acto de volar barriletes ha devuelto un sentido de normalidad a la vida de sus hijos. A pesar del miedo y el aburrimiento que afecta a sus hijos, verlos jugar con sus barriletes le ha dado un destello de esperanza en medio de la desesperación.
La historia de Saeed Ashraf, de 13 años, quien sueña con llevar sus barriletes de vuelta a su vecindario en Khan Yunis una vez que termine la guerra, resalta la resistencia y el optimismo que estos niños mantienen incluso frente a dificultades inimaginables.
Mientras el conflicto en Gaza continúa, dejando a su paso un rastro de destrucción y desesperación, la vista de los barriletes llenando los cielos de Rafah sirve como un recordatorio conmovedor del espíritu indomable de los niños que se niegan a dejar que la guerra les robe su infancia. En un lugar donde la esperanza es una mercancía escasa, estos barriletes vuelan alto, llevando consigo los sueños y aspiraciones de una generación que se rehúsa a ser definida por la violencia y la pérdida.
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