De "Barbie" a "Air": Cómo las marcas están moldeando la industria cinematográfica, pero los guionistas afirman que las historias son lo más importante.
La alineación de películas de este año ha tomado un giro inesperado, ya que los productos y las marcas se han convertido en influencias importantes. Películas como "Barbie", "Air" y "BlackBerry" parecen dar prioridad al reconocimiento del consumidor al decidir qué películas hacer. Sin embargo, los guionistas detrás de estos proyectos argumentan que no son los dispositivos o entidades en sí mismos los que hacen que sus historias merezcan ser contadas, sino más bien las personas y las historias que los rodean. Enfatizan que es el elemento humano el que realmente resuena con el público. Si bien estas películas impulsadas por productos pueden ganar interés comercial debido a sus nombres familiares, hay preocupación de que Hollywood pueda malinterpretar su éxito e intentar replicarlo sin entender completamente los factores subyacentes. Los guionistas advierten contra simplemente copiar la fórmula de una película centrada en un producto exitoso.
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En un giro sorprendente de los acontecimientos, la selección de películas de este año ha sido fuertemente influenciada por productos y marcas. Con películas como "Barbie", "Air" y "BlackBerry", parece que el reconocimiento por parte de los consumidores es ahora la fuerza impulsora detrás de las películas que se hacen. Sin embargo, los guionistas detrás de estos proyectos argumentan que no son los dispositivos o entidades en sí mismos los que hacen que sus historias valgan la pena contar, sino más bien las personas y las historias que los rodean.
Kristin Gore, escritora y co-directora de "The Beanie Bubble", explica que su película no trata sobre los Beanie Babies en sí, sino más bien sobre las mujeres que alimentaron la locura por coleccionar animales de peluche durante los años 90. De manera similar, el director de "BlackBerry", Matt Johnson, se preocupó menos por la construcción del dispositivo y más por la mentalidad de aquellos que lo desarrollaron. Linda Yvette Chávez, co-escritora de "Flamin' Hot", reconoce que la promoción de afinidad de marca ha estado creciendo durante décadas, y ahora son las personas cuyas vidas fueron definidas por estas marcas las que están contando sus historias.
Si bien estas películas impulsadas por productos pueden generar interés comercial debido a sus nombres familiares, los guionistas enfatizan que es el elemento humano el que realmente resuena con el público. Alex Convery, el guionista de "Air", aprendió el valor de las historias no contadas sobre personas y cosas famosas al comienzo de su carrera. Noah Pink, escritor de "Tetris", encontró una conexión con su protagonista porque su viaje reflejaba el de un guionista luchador. El éxito de "Barbie" se considera un ejemplo perfecto de una película que celebra y critica su material de origen al mismo tiempo, convirtiéndola en la personificación de esta tendencia impulsada por productos.
Sin embargo, existe la preocupación de que Hollywood pueda malinterpretar el éxito de estas películas e intentar replicarlo sin entender completamente los factores subyacentes que las hicieron funcionar. Rebecca Angelo y Lauren Schuker Blum, las guionistas detrás de "Dumb Money", advierten contra simplemente copiar la fórmula de una película exitosa centrada en productos. Ellos creen que el aumento en la narrativa centrada en marcas refleja un examen más amplio de nuestra relación con el capitalismo. En última instancia, son las historias y las personas detrás de estos productos las que seguirán cautivando al público, independientemente de su familiaridad con las marcas en sí.