Investigación de Una Década Revela Fallos Impactantes que Condujeron a la Tragedia de Grenfell Tower

Más de siete años después de que el catastrófico incendio de la Torre Grenfell reclamara la vida de 72 personas, una extensa investigación oficial ha puesto al descubierto una serie de fallos que llevaron a esta tragedia evitable. El informe, publicado el miércoles, destaca un preocupante patrón de negligencia que se remonta a décadas, implicando a organismos gubernamentales, empresas privadas y autoridades locales en un fracaso colectivo para proteger a los residentes del edificio de 24 pisos, que era principalmente hogar de inquilinos de vivienda pública. La investigación, liderada por el presidente Martin Moore-Bick, afirmó sin lugar a dudas: "La simple verdad es que las muertes que ocurrieron eran todas evitables". Esta afirmación subraya la dolorosa realidad para los sobrevivientes y las familias de las víctimas que han esperado años para obtener claridad sobre cómo pudo ocurrir tal desastre. En el centro de los hallazgos está la conclusión de que las medidas de recorte de costos durante la renovación de la torre en 2015 se priorizaron sobre la seguridad de sus residentes. El informe identificó el uso de revestimientos y aislamientos combustibles como los principales factores que permitieron la rápida propagación del fuego, con materiales elegidos a pesar de estar prohibidos en numerosos países. Una parte significativa de la culpa recae en las empresas involucradas en la renovación del edificio. El informe expone una cultura de "deshonestidad sistemática", revelando que los fabricantes del revestimiento y el aislamiento engañaron activamente a los clientes sobre la seguridad de sus productos. Notablemente, Arconic, la empresa estadounidense que suministró los paneles compuestos de aluminio, poseía datos de seguridad que indicaban su inadecuación para su uso en edificios de gran altura desde 2005. En lugar de actuar en interés de la seguridad, Arconic buscó aprovechar los estándares regulatorios más laxos en el Reino Unido. De manera similar, Celotex y Kingspan, fabricantes de materiales de aislamiento, participaron en prácticas engañosas que ocultaron los riesgos que sus productos representaban. La investigación también lanza una mirada crítica al gobierno británico, que ha estado al tanto de los peligros asociados con materiales combustibles desde al menos 1992. A pesar de recibir múltiples advertencias tras incendios anteriores, como el fuego de 1991 en un edificio de 11 pisos, el gobierno no logró implementar las regulaciones necesarias. La inacción del Departamento de Comunidades y Gobierno Local y una "agenda de desregulación" más amplia permitieron que los estándares de construcción se deterioraran, lo que finalmente llevó a la tragedia en Grenfell. Además de las fallas corporativas y gubernamentales, el informe destaca las deficiencias dentro del Cuerpo de Bomberos de Londres, que estaba mal preparado para gestionar de manera efectiva un incendio de rápida propagación en un edificio residencial de gran altura. La investigación pide un regulador de construcción centralizado y procedimientos de prueba mejorados para materiales de seguridad contra incendios, con el objetivo de prevenir futuros desastres. La organización de gestión responsable de la Torre Grenfell, la Organización de Gestión de Inquilinos, también asumió parte de la responsabilidad. El informe señala que su relación conflictiva con los residentes contribuyó a una negligencia de las obligaciones esenciales de seguridad contra incendios y que la organización no actuó ante advertencias de seguridad críticas. Alarmantemente, se descubrió que el único evaluador de seguridad contra incendios empleado por la organización no estaba adecuadamente calificado para la compleja tarea de realizar evaluaciones de riesgo de incendios. A raíz del informe, el primer ministro Keir Starmer ofreció una disculpa en nombre del estado británico a los sobrevivientes y familias afectadas por el incendio, prometiendo que la seguridad en la construcción sería priorizada bajo su administración. A pesar de los contundentes hallazgos de la investigación, la falta de responsabilidad penal inmediata genera preocupaciones para muchos, ya que la Policía Metropolitana ha indicado que los cargos podrían no presentarse hasta 2026. A medida que la comunidad continúa lidiando con las secuelas de la tragedia de la Torre Grenfell, los hallazgos de esta investigación sirven como un recordatorio crítico de la importancia de priorizar la seguridad y la responsabilidad en las prácticas de construcción. Las lecciones aprendidas de Grenfell no deben ser olvidadas, y la llamada por un cambio sistémico es más clara que nunca.