Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente evolución de la política monetaria global ha dejado en claro que los bancos centrales, encabezados por la Reserva Federal de Estados Unidos, están cambiando su enfoque de combatir la inflación a prevenir una posible recesión. Este cambio de rumbo, evidenciado en el reciente simposio de Jackson Hole, marca un momento crucial en el manejo de la economía, donde los desafíos son tan complicados como garantizar un aterrizaje suave en la Luna, como lo han demostrado misiones espaciales recientes. Jerome Powell, presidente de la Fed, ha estado al frente de esta tarea desde hace más de dos años. Durante este periodo, el principal objetivo ha sido controlar la inflación, que ha comenzado a perder altura recientemente. Sin embargo, la preocupación ahora es que la economía pueda perder su impulso, lo que ha llevado a la Fed a contemplar una reducción de las tasas de interés en su próxima reunión programada para el 18 de septiembre. La decisión de Powell de señalar que "ha llegado el momento" para rebajar los tipos es un indicio claro de un cambio significativo en la política monetaria. La situación económica actual es el resultado de una serie de factores complejos que incluyen programas de estímulo, el ahorro acumulado durante la pandemia y problemas en la cadena de suministro, exacerbados por la guerra en Ucrania. Estos elementos han llevado a una fase de inflación que, aunque inicialmente se pensó que sería transitoria, ha demostrado ser más persistente de lo esperado. A pesar de esto, la tendencia parece estar cambiando, y muchos bancos centrales están comenzando a alinearse en la dirección de una política monetaria más flexible. El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra están en sintonía con la Fed en este sentido, considerando también la posibilidad de reducir sus tipos de interés. A pesar de algunas divergencias internas, la mayoría de los miembros de estas instituciones han expresado que un recorte en los tipos es cada vez más probable, dado el contexto de desinflación y los datos que apuntan a un crecimiento moderado en Europa. La experiencia histórica también ha guiado a Powell en su enfoque actual. Recordando las lecciones del pasado, donde la tolerancia a la inflación condujo a consecuencias desastrosas, ha mantenido una postura más cautelosa. Hace apenas un año, la Fed se posicionó como un halcón, pero ahora la narrativa es diferente. La preocupación por el empleo ha tomado protagonismo, y Powell ha indicado que los riesgos que enfrenta el mercado laboral han aumentado. Los analistas han destacado que la reciente retórica de Powell sugiere que la Fed no está dispuesta a tolerar un debilitamiento prolongado del mercado laboral. Esta moderación podría abrir la puerta a una relajación más agresiva de la política monetaria, lo que podría ser beneficioso para la economía en su conjunto. Sin embargo, los miembros de la Fed parecen inclinarse por un enfoque más gradual, con recortes de tipo de interés que se implementarán de forma metódica a lo largo de los próximos meses. Mientras tanto, el mercado ha estado sopesando las probabilidades de diferentes escenarios, con una expectativa de que la Fed pueda optar por una reducción de 0,25 puntos en su próxima reunión. La incertidumbre sobre el estado del empleo y la economía en general será clave para determinar el rumbo que tomará la política monetaria en el futuro cercano. A pesar de los desafíos que enfrenta, Powell se muestra optimista sobre la posibilidad de evitar una recesión. Cree que una moderación adecuada de la política monetaria puede ayudar a la economía a alcanzar la deseada tasa de inflación del 2% sin sacrificar la fortaleza del mercado laboral. Esta confianza se refleja en la postura de otros bancos centrales, que también están adoptando un enfoque más cauteloso en cuanto a la gestión de la inflación. Sin embargo, muchos economistas señalan que el tiempo dirá si los bancos centrales logran este delicado equilibrio. Las decisiones que tomen en los próximos meses serán fundamentales para definir la trayectoria económica no solo de Estados Unidos, sino también de otros países que siguen de cerca sus movimientos. La pregunta que persiste es si este cambio en la política monetaria será suficiente para evitar los riesgos de una recesión y mantener la estabilidad económica a largo plazo.