Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Harland & Wolff, el icónico astillero con una historia llena de anécdotas, está experimentando un cambio significativo en su liderazgo, ya que el presidente Malcolm Groat ha dimitido de la junta de la empresa con efecto inmediato. Groat ha estado en la empresa desde 2019, sirviendo como director no ejecutivo antes de ascender al cargo de presidente en 2021. Su salida se produce junto con las dimisiones de otros dos directores no ejecutivos, Sir Jonathon Band y Katya Zotova. Russell Downs, el presidente ejecutivo interino y experto en reestructuración, expresó su agradecimiento por las contribuciones realizadas por Groat, Band y Zotova. Downs asumió su cargo actual tras la salida del ex CEO John Wood el mes pasado, y ahora está liderando una revisión estratégica de la empresa, asistido por expertos del banco Rothschild. Se anticipa que esta revisión culmine en la posible venta del negocio, ya que Harland & Wolff busca navegar por sus dificultades financieras. Sumándose a los cambios en la junta, Alan Fort ha sido nombrado como nuevo director no ejecutivo. Fort, al igual que Downs, aporta una experiencia considerable en reestructuración corporativa, habiendo participado en los procesos de venta de minoristas como Evan Cycles y Dreams. Su experiencia puede resultar invaluable mientras la empresa busca reorientar y estabilizar sus operaciones. Los desafíos que enfrenta Harland & Wolff son agudos. Downs reveló que la empresa no podrá finalizar sus cuentas de 2023 sobre una base de continuidad, lo que ha llevado a una suspensión del trabajo en sus estados financieros no publicados. Esta preocupante noticia llega tras una prolongada suspensión de la cotización de las acciones de Harland & Wolff desde julio, como resultado de que la firma no cumplió con los plazos para publicar cuentas auditadas de forma independiente. En un esfuerzo por fortalecer sus finanzas, la empresa aseguró un nuevo préstamo de $25 millones de su prestamista estadounidense a principios de este mes, destinado a apoyar sus esfuerzos de estabilización en curso. A pesar de estas medidas, las perspectivas siguen siendo desafiantes para uno de los astilleros más famosos del Reino Unido, que actualmente emplea a unas 1,500 personas en sus instalaciones en Belfast, Appledore, Methil y Arnish. A medida que la empresa traza un camino precario hacia adelante, los cambios en el liderazgo de Harland & Wolff señalan un momento crítico en su historia. Con opciones de reestructuración y venta potencial sobre la mesa, el futuro dependerá en gran medida de la efectividad del nuevo equipo y su capacidad para revertir la fortuna de esta empresa de construcción naval que alguna vez prosperó.