Juan Brignardello Vela
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En una escalada significativa de acciones militares, Israel llevó a cabo ataques aéreos en la ocupada Cisjordania el sábado, dirigidos a la localidad de Tulkarm. Los ataques resultaron en la muerte de tres miembros del ala militar de Hamás, las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, junto con otros seis combatientes. Este incidente marca una preocupante continuación del aumento de la violencia en la región, especialmente a la luz del conflicto en curso que se intensificó tras el ataque liderado por Hamás a Israel el 7 de octubre. Según informes de medios palestinos, uno de los ataques con drones tuvo como objetivo específico un vehículo, matando a cinco individuos, uno de los cuales fue identificado como un líder local de las Brigadas Qassam. Un comunicado de Hamás confirmó la muerte de tres de sus miembros, pero no reclamó a los restantes individuos como parte de su organización. Por otro lado, el ejército israelí declaró que su objetivo eran "terroristas" que supuestamente se preparaban para llevar a cabo un ataque, aunque no especificaron nombres ni objetivos exactos en sus comunicaciones. Tras los ataques, las fuerzas israelíes implementaron cierres de carreteras en Tulkarm, atrapando efectivamente a los residentes y generando preocupaciones sobre el acceso humanitario en el ya tenso entorno de Cisjordania. Videos circulados por medios palestinos mostraron a bulldozers israelíes demolando activamente caminos de acceso, restringiendo aún más el movimiento de la población local. La escalada de ataques aéreos en Cisjordania es un desarrollo particularmente alarmante, ya que tales tácticas eran una vez raras en la zona. Sin embargo, desde el estallido del conflicto en Gaza, Israel ha incrementado significativamente sus operaciones militares en los territorios palestinos, una tendencia que no se veía desde las violentas confrontaciones durante la Segunda Intifada a principios de los años 2000. Antes del reciente conflicto, los ataques aéreos y las operaciones con drones en Cisjordania eran poco frecuentes y mucho más limitados en comparación con los ataques en curso en Gaza. Informes de las Naciones Unidas indican que las fuerzas israelíes han ejecutado al menos 39 ataques aéreos en Tulkarm durante los últimos diez meses, una cifra que no incluye los incidentes del sábado. La intensificación de estas acciones militares ha llevado a un importante número de bajas civiles; las estadísticas muestran que al menos 589 palestinos han sido asesinados en Cisjordania desde el 7 de octubre, incluyendo un desgarrador saldo de 142 niños y jóvenes. La violencia en curso subraya la creciente brecha entre Hamás, que ha gobernado Gaza durante casi dos décadas, y la Autoridad Palestina, liderada por la facción rival Fatah, que administra partes de Cisjordania. A medida que las tensiones continúan aumentando, la situación en ambos territorios sigue siendo peligrosa, con el potencial de una mayor escalada que representa una amenaza significativa para la ya frágil paz en la región. Mientras la comunidad internacional observa de cerca, los eventos que se desarrollan en Tulkarm y en la amplia Cisjordania son un recordatorio contundente de los desafíos que enfrentan los esfuerzos hacia la resolución y la estabilidad.