Simone Biles regresa a los Juegos Olímpicos de París con un mensaje de resiliencia

Tres años después de su sorpresiva retirada en los Juegos Olímpicos de Tokio, Simone Biles se encuentra de vuelta en el escenario olímpico, preparándose para lo que ha calificado como su "gira de redención" en los Juegos de París. Con 27 años y una trayectoria impresionante que incluye cuatro medallas de oro olímpicas, Biles regresa no solo como favorita, sino también como un símbolo de resiliencia y salud mental en el deporte. La gimnasta estadounidense, que en Tokio enfrentó un episodio crítico de bloqueo mental conocido como "twisties", ha tomado decisiones conscientes para priorizar su bienestar mental y físico. Este fenómeno, que afecta la capacidad de una gimnasta para coordinar su cuerpo con su mente, resultó en su retirada de la mayoría de las pruebas en Japón. Sin embargo, su regreso ha sido marcado por una nueva perspectiva sobre la presión que enfrenta y la importancia del autocuidado. En una reciente entrevista, Biles compartió cómo ha cambiado desde su experiencia en Tokio. "Estar en un buen estado mental. Ver a mi terapeuta todos los jueves es una especie de religión para mí, por eso estoy hoy aquí", afirmó. Este enfoque en la salud mental es un reflejo del creciente reconocimiento de la importancia del bienestar emocional entre los atletas, especialmente en un deporte tan exigente como la gimnasia. La preparación de Biles para los Juegos de París también ha incluido un compromiso renovado con su acondicionamiento físico. A diferencia de lo que se podría esperar en un deporte donde la mayoría de los atletas alcanzan su máximo potencial en la adolescencia, Biles ha demostrado que la longevidad en el deporte es posible. "Nunca me imaginé ir a los Juegos Olímpicos después de Tokio. [Pero] me digo: 'Dios mío, sigo haciéndolo, sigo siendo capaz'", aseguró. En las rondas clasificatorias en París, Biles demostró su excepcional habilidad al colocarse en primer lugar en la prueba individual, superando a su principal competidora, la brasileña Rebeca Andrade, por casi dos puntos. Sin embargo, también mostró vulnerabilidad al cojear ligeramente durante el calentamiento, un recordatorio de que, a pesar de su grandeza, su cuerpo sigue siendo humano. La evolución de la gimnasia ha sido notable en los últimos años, y Biles ha sido clave en este cambio. Las rutinas ahora priorizan la potencia y la complejidad, alejándose de la estética perfeccionista del ballet que caracterizaba anteriormente al deporte. Laurie Hernández, compañera de equipo y analista de NBC, destacó que cada vez que parece que la dificultad no puede aumentar, Biles logra incorporar nuevas y desafiantes habilidades. Uno de los saltos más esperados en París es el "Yurchenko con doble mortal carpado", un movimiento que ninguna otra mujer ha logrado ejecutar en competencia. Este salto, que desafía la gravedad y la lógica, ha sido registrado en el reglamento como "Biles II", una declaración de su indiscutible dominio en el deporte. La experiencia de Tokio no solo afectó a Biles, sino que también abrió un diálogo más amplio sobre la salud mental en el deporte. Atletas como Naomi Osaka y Michael Phelps han compartido sus luchas, lo que ha permitido que otros se sientan más cómodos al abordar estos temas. Biles ha contribuido a este cambio, no solo a través de su propia apertura, sino también por la forma en que USA Gymnastics ha ajustado las expectativas y el entorno para proteger a sus atletas. La entrenadora de Biles, Cecile Landi, enfatizó la importancia de dar a Simone y sus compañeras la flexibilidad de decidir si quieren competir en todas las disciplinas. "Creo que para ella el hecho de saber que tiene la opción de: 'Oye, a lo mejor quiero saltarme un evento'... ayuda a la mente", señaló. Este enfoque más consciente y menos presionante es un paso hacia un ambiente más saludable. Además, Biles ha sido liberada de las exigencias normales de los medios de comunicación, permitiéndole concentrarse en su rendimiento sin distracciones externas. Jill Geer, jefa de comunicaciones de USA Gymnastics, explicó que se ha trabajado para que Biles se sienta cómoda y maximice su rendimiento, lo que refleja una transformación en la forma en que se aborda la salud mental en el deporte de élite. Por último, la serie documental de Netflix sobre su vida ha permitido a los espectadores vislumbrar los desafíos que ha enfrentado en su camino de regreso. A través de su historia, Biles no solo muestra su grandeza como atleta, sino también su humanidad y la lucha interna que ha tenido que afrontar. En los Juegos de París, su mensaje es claro: el éxito no se mide solo en medallas, sino en el crecimiento personal y la salud mental.