Creciente Golfo: Bahréin protesta contra los lazos del gobierno con Israel en medio del conflicto de Gaza, reflejando un descontento árabe más amplio.

Creciente Golfo: Bahréin protesta contra los lazos del gobierno con Israel en medio del conflicto de Gaza, reflejando un descontento árabe más amplio.

La guerra en Gaza está ampliando la brecha entre los gobernantes árabes y sus ciudadanos, incluyendo en Bahréin. Los manifestantes en Manama han estado llamando apasionadamente a su gobierno a romper los lazos con Israel, mostrando su apoyo a los palestinos y su insatisfacción con sus propios líderes. Los gobiernos árabes, incluyendo Bahréin, se habían abstenido de establecer relaciones con Israel en el pasado, pero los recientes intereses económicos y de seguridad han llevado a acuerdos como los Acuerdos de Abraham. Sin embargo, las encuestas muestran que los ciudadanos árabes comunes ven estos acuerdos desfavorablemente, considerándolos actos de traición. La guerra en Gaza ha exacerbado aún más las tensiones entre el gobierno y los movimientos de oposición en Bahréin. En la reciente conferencia del Diálogo de Manama, los líderes árabes lucharon por acortar la brecha entre sus puntos de vista y la opinión pública, con algunos funcionarios pidiendo sanciones contra Israel. Mientras tanto, las protestas en Bahréin continúan expresando ira hacia Israel y Estados Unidos. El conflicto en Gaza ha destacado la división entre los gobernantes árabes y sus ciudadanos, planteando desafíos para ambos lados en el futuro.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Guerra 06.12.2023
La guerra en Gaza está ampliando la brecha entre los gobernantes árabes y sus ciudadanos, y Bahréin no es una excepción. En la capital, Manama, los manifestantes han estado llamando apasionadamente a su gobierno a romper los lazos con Israel. Miles de bahreiníes han mostrado su apoyo a los palestinos y su desdén por Israel desde que comenzó el conflicto. Esta creciente división entre el pueblo y su gobierno autoritario se hace más evidente en las protestas en toda la región, donde los ciudadanos no solo critican a Israel, sino que también expresan su apoyo a Hamas y su insatisfacción con sus propios líderes. Durante años, los gobiernos árabes se habían abstenido de establecer relaciones con Israel hasta que hubiera un estado palestino. Sin embargo, en los últimos años, estos líderes han priorizado los beneficios económicos y de seguridad, así como las concesiones de Estados Unidos, por encima de la opinión pública negativa hacia Israel. Bahréin, junto con los Emiratos Árabes Unidos y Marruecos, firmó acuerdos con Israel conocidos como los Acuerdos de Abraham en 2020. Si bien estos acuerdos fueron celebrados por los gobiernos occidentales y las familias reales de la región, las encuestas han mostrado que los ciudadanos árabes comunes los ven desfavorablemente. El gobierno bahreiní ha tratado de justificar los acuerdos como promotores de la tolerancia y la convivencia, pero muchos ciudadanos lo ven como un acto de traición. La causa palestina une a los bahreiníes de diferentes trasfondos religiosos, políticos y generacionales. Los manifestantes creen que Israel es una potencia ocupante respaldada por Occidente y que su lucha por la libertad está interconectada con la liberación de Palestina. La guerra en Gaza ha exacerbado aún más las tensiones entre el gobierno y los movimientos de oposición en Bahréin, que tiene un historial de represión política. Mientras tanto, en el Diálogo de Manama, una conferencia anual a la que asisten altos funcionarios de potencias occidentales y del Medio Oriente, el enfoque estuvo en discutir un camino a seguir para Gaza. Sin embargo, la brecha entre los líderes árabes y la opinión pública era palpable. Mientras algunos funcionarios enfatizaban la necesidad de paz y convivencia, otros, como el ministro de Relaciones Exteriores de Jordania y un alto miembro de la realeza saudí, pedían sanciones a Israel y rechazaban la idea de que establecer lazos con Israel traería paz. Mientras se llevaba a cabo la conferencia, otra protesta tenía lugar en Muharraq, con miles de bahreiníes expresando su ira contra Israel y Estados Unidos. Aunque la libertad de asociación y reunión sigue estando restringida en Bahréin, muchas protestas recientes han recibido permisos del gobierno, lo que permite a los ciudadanos expresar sus frustraciones en un espacio semioficial. El gobierno, aunque expresa preocupación por la situación en Gaza, no ha abordado directamente la brecha entre el pueblo y sus líderes. En cambio, los funcionarios enfatizaron la naturaleza catastrófica del conflicto y la importancia de preservar los Acuerdos de Abraham. La guerra en Gaza no solo ha expuesto la brecha entre los gobernantes árabes y sus ciudadanos, sino que también ha encendido un renovado sentido de solidaridad con Palestina y una crítica más fuerte hacia Israel en toda la región. Las protestas en Bahréin son solo un ejemplo del creciente descontento entre los árabes comunes, que sienten que sus gobiernos han priorizado sus propios intereses sobre la causa palestina. A medida que el conflicto continúa, es probable que la brecha se amplíe aún más, planteando desafíos tanto para los líderes árabes como para sus relaciones con la comunidad internacional.
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