Amabilidad: ¡No solo superficial, sino esencial para la conexión y cambiar el mundo!
En un mundo donde el caos y la negatividad a menudo dominan los titulares, es fácil olvidar el poder de algo tan simple como la amabilidad. Pero según los expertos, la amabilidad no es solo un concepto suave; es esencial para la conexión humana. Tomemos como ejemplo a Bernadette Russell. En 2011, sintiéndose desesperanzada después de los disturbios de Londres, emprendió un viaje de un año de actos diarios de amabilidad. No fue fácil, pero fue inspirador y le enseñó la "euforia del ayudante" - esa sensación cálida y reconfortante que se siente al ser amable. Resulta que los actos amables liberan sustancias químicas en nuestro cerebro que mejoran nuestro estado de ánimo y fortalecen nuestras conexiones con los demás. Con el mundo necesitando desesperadamente más amabilidad, recae en cada uno de nosotros hacer un cambio. Los gestos pequeños también importan, ya que crean un ambiente en el que las personas se sienten bien y pueden trabajar juntas para enfrentar desafíos. Así que abracemos la amabilidad y cambiemos el mundo un acto a la vez.
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Entonces aquí está el trato, amigos. La amabilidad es muy importante. No es algo suave y tibio. En realidad, es esencial para cómo nos conectamos entre nosotros. Al menos eso es lo que dicen los expertos. ¿Y sabes qué? Creo que podrían estar en algo.
Toma a Bernadette Russell, por ejemplo. En 2011, se sentía bastante deprimida por el estado del mundo. Los disturbios en Londres la habían dejado sin esperanza. Pero luego, tuvo una brillante idea. Decidió hacer un acto de amabilidad todos los días durante un año. Y déjame decirte, no fue pan comido. Fue conmovedor, aterrador e incluso físicamente desafiante. Pero también fue increíblemente inspirador. Bernadette experimentó lo que llaman "la euforia del ayudante" - esa sensación cálida y reconfortante que sientes cuando eres amable. Y déjame decirte, ella estaba eufórica todos los días.
Pero aquí está la cosa, amigos. La amabilidad no es solo una emoción que nos hace sentir bien. En realidad, tiene efectos serios en nuestros cerebros. Cuando somos amables, nuestros cerebros liberan sustancias químicas que controlan nuestro estado de ánimo y nos hacen sentir conectados con los demás. Es como una felicidad natural que nos impulsa a querer difundir más amabilidad. Y seamos honestos, todos podríamos usar un poco más de amabilidad en nuestras vidas en este momento.
Entonces, ¿cómo hacemos del mundo un lugar más amable? Bueno, comienza con cada uno de nosotros. No podemos esperar que los demás sean amables. Tenemos que cambiar nuestro entorno para que la amabilidad se convierta en la norma. Las empresas, las escuelas, los hospitales, todos necesitan un manifiesto de amabilidad. Y no se trata solo de los grandes gestos. Los pequeños actos de amabilidad, como decir buenos días o dar una sonrisa a alguien, también importan. Crean un ambiente donde las personas se sienten bien y pueden trabajar juntas para enfrentar los grandes desafíos que enfrentamos.
Entonces recordemos la inmensa amabilidad de la que somos capaces y sigamos difundiéndola. Porque ya sabes lo que dicen, amigos: la amabilidad cambia el mundo.