El trueque resurge en Rusia como respuesta a las sanciones económicas internacionales

El trueque resurge en Rusia como respuesta a las sanciones económicas internacionales

Las firmas agrícolas rusas exploran el intercambio de garbanzos por arroz y mandarinas con otros países de Asia para eludir el bloqueo en los pagos al extranjero. El Kremlin ha elaborado una guía para estos intercambios y asegura que el trueque “mejorará su competitividad”

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Guerra 30.11.2024

Las empresas rusas han comenzado a adoptar una práctica que, aunque antiquísima, cobra nueva vida en el contexto actual: el trueque. Este sistema de intercambio, que ha sido utilizado desde tiempos del neolítico, se ha reavivado ante el estrangulamiento económico provocado por las sanciones internacionales tras la invasión de Ucrania. Con el sistema financiero occidental bloqueado, el Kremlin ha estado buscando alternativas viables que permitan a las empresas operar sin depender de los tradicionales métodos de pago.


Uno de los ejemplos más destacados de esta tendencia es el acuerdo de la compañía agrícola Astarta Agrotrading, que en octubre firmó dos intercambios significativos con empresas paquistaníes, en los que se intercambiarán garbanzos por arroz y mandarinas. Stanislav Neveinitsyn, el propietario de Astarta, ha manifestado su optimismo sobre estas transacciones, aunque reconoció que aún existen incertidumbres como la calidad de los productos y los impuestos aduaneros asociados a estas operaciones.


La situación que enfrenta Astarta Agrotrading es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrentan las empresas rusas en el contexto de un sistema financiero internacional cada vez más hostil. Según informes, las empresas rusas aún se enfrentan a bloqueos en las transferencias bancarias, incluso con bancos chinos, lo que complica aún más su capacidad para participar en el comercio internacional. Esta problemática fue abordada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en su reciente visita a Pekín, donde discutió las limitaciones impuestas por las sanciones estadounidenses.


El Kremlin ha respondido a esta situación con el lanzamiento de una guía para facilitar el comercio de trueque, que busca proporcionar a las empresas una estructura legal y operativa para llevar a cabo estas transacciones. El documento incluye formatos de contrato y procedimientos para valorar los bienes intercambiados, un intento por regular un sistema que, aunque rudimentario, podría ofrecer soluciones a corto plazo.


Sin embargo, el éxito del trueque no está garantizado. Aunque se promueve como una forma de mejorar la competitividad y reducir costos para las empresas rusas, existen preocupaciones sobre su efectividad a largo plazo. Muchos empresarios, como Arkadi Zlochevski, presidente de la Unión Rusa de Cereales, han expresado su escepticismo al señalar que, en última instancia, las empresas necesitan divisas para importar maquinaria y materias primas, elementos cruciales para mantener la producción.


La guía del Kremlin también ha alertado a los empresarios sobre la importancia de acordar previamente los términos de los intercambios, así como de considerar las tarifas aduaneras para evitar sorpresas desagradables. Además, se les aconseja calcular adecuadamente el valor de los productos para cumplir con las regulaciones legales y fiscales del país.


El resurgimiento del trueque se enmarca en un contexto más amplio de medidas económicas impulsadas por el Kremlin desde el comienzo de la guerra en Ucrania. Desde la legalización de las “importaciones paralelas” hasta el contrabando, las autoridades rusas han buscado múltiples formas de eludir las sanciones y garantizar la continuidad de su economía.


Cabe destacar que el trueque en el sector alimentario ya había ganado terreno en Rusia desde 2014, cuando el país empezó a sustituir productos agrícolas europeos tras el embargo impuesto en respuesta a la anexión de Crimea. Sin embargo, el enfoque actual en el trueque podría resultar problemático en un contexto global donde el valor y calidad de los productos son esenciales para mantener estándares competitivos.


Por ahora, las esperanzas del Kremlin de revitalizar su economía a través de esta antigua práctica dependen de la capacidad de las empresas para adaptarse a las nuevas reglas del juego y encontrar socios comerciales dispuestos a participar en estas transacciones. A medida que el conflicto en Ucrania se prolonga y las sanciones se mantienen, se espera que el trueque siga siendo una solución provisional en la búsqueda de alternativas económicas para Rusia.

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