La nueva derecha y el anticaviarismo: polarización y desafíos en la política actual

La nueva derecha y el anticaviarismo: polarización y desafíos en la política actual

La política actual está marcada por una polarización extrema, donde la nueva derecha se articula en torno al anticaviarismo y la guerra cultural.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 10.03.2025

La política contemporánea se encuentra en un momento de polarización extrema, donde las alianzas se forman en torno a animadversiones y divisiones más que a consensos y afinidades. Este fenómeno ha tomado forma especialmente entre las fuerzas conservadoras, que han comenzado a articular un discurso que puede entenderse como una reacción revanchista ante el avance de los derechos progresistas de las últimas décadas. En este contexto, el anticaviarismo se convierte en una retórica poderosa que une a una tribu ultraconservadora que se ve a sí misma como defensora de una guerra cultural que se extiende más allá de las fronteras de su país. El surgimiento de movimientos radicales de derecha en Europa y América Latina ha demostrado que la política tribal está en auge, donde los valores sociales han desplazado en muchos casos a las causas materialistas. Esto ha llevado a la formación de agrupaciones políticas que no solo se oponen a lo progresista, sino que desafían los fundamentos de la democracia liberal, como el pluralismo y el Estado de derecho. En este marco, resulta evidente que las dinámicas de la política han cambiado drásticamente: la retórica antiestablishment se ha vuelto un elemento central en estas nuevas formaciones, que buscan cohesionar a sus seguidores mediante un discurso maniqueo. En Europa, ejemplos como VOX en España, el Rassemblement National en Francia y Fratelli di Italia, ilustran cómo estas fuerzas han ganado terreno, incluso al punto de convertirse en actores relevantes en la gobernanza de sus respectivos países. Estos movimientos, que amalgaman un discurso populista con elementos autoritarios, han encontrado en el fracaso de sus simpatizantes para adaptarse a un contexto globalizado su principal fuente de apoyo. Sin embargo, también se observa que la derecha convencional es capaz de establecer "cordones sanitarios" para evitar que estas corrientes más extremas accedan al poder, como se ha visto en Alemania, Austria y Portugal. La pregunta que surge es: ¿quiénes son los seguidores de esta nueva derecha? A menudo se les percibe como los perdedores de la globalización, pero la realidad es más compleja. Los votantes de derecha no son simplemente aquellos que han sido dejados atrás por el Estado de bienestar, sino que están conectados a un contexto más amplio que incluye una crítica al modelo de redistribución estatal. Esta crítica se entrelaza con un nacionalismo autoritario que se ha vuelto cada vez más relevante en los debates actuales. Las élites radicales de derecha han logrado radicalizarse más que sus electorados, quienes se ven empujados a aceptar la única oferta alternativa a un modelo que sienten que no satisface sus necesidades. En América Latina, donde el presidencialismo predomina, el ascenso de la nueva derecha parece ser solo cuestión de tiempo. En países como Brasil y Argentina, movimientos de extrema derecha como los de Bolsonaro y Milei han encontrado un terreno fértil entre los insatisfechos con el proteccionismo estatal. Sin embargo, en naciones con economías más informales y un bajo gasto social, el radicalismo en contra de la redistribución estatal de bienes materiales tiene poco sentido, ya que la ausencia del Estado en la vida cotidiana de las personas limita la relevancia de estas críticas. Por otro lado, en contextos donde el gasto social es más significativo, las élites de derecha han visto la necesidad de radicalizarse en el plano moral. Así, el anticaviarismo emerge como una estrategia retórica que les permite conectar con un electorado que busca respuestas a problemas inmediatos, mientras que las soluciones económicas quedan relegadas a un segundo plano. En este sentido, el fenómeno del trumpismo se convierte en una referencia importante para estos movimientos, que buscan replicar su éxito a nivel local. De cara a las elecciones de 2026 en Perú, la pregunta es qué preferirá el elector promedio: ¿más Iglesia o más Estado? La realidad es que en un contexto de alta informalidad, es probable que la necesidad de protección estatal prevalezca por encima de la demanda de una educación pública más progresista. La retórica del anticaviarismo no es solo un reflejo de una estrategia política, sino un intento de articular un mensaje que resuene con las preocupaciones de un electorado que, en muchos casos, vive en condiciones de precariedad. Este anticaviarismo, que se presenta como una defensa de los valores tradicionales, se encuentra en una paradoja: su oferta es vacía en términos materiales y, por lo tanto, no puede satisfacer las urgencias de una población donde una de cada ocho personas es informal y uno de cada tres vive en la pobreza. Esta desconexión entre el discurso político y las realidades sociales pone de manifiesto que, a veces, los "tarados" no son los electores, sino los propios candidatos que intentan capturar sus votos sin entender sus necesidades fundamentales. En resumen, la guerra cultural que se libra en la actualidad, mediada por el anticaviarismo, pone en evidencia las dificultades que enfrenta la política para adaptarse a un mundo en constante cambio. La polarización y la retórica de la nueva derecha han encontrado un eco en muchos sectores de la sociedad, pero es crucial que los líderes políticos reconozcan la complejidad del electorado y busquen construir un diálogo que trascienda las divisiones superficiales. Solo así será posible encontrar alternativas viables a los desafíos que enfrenta la sociedad contemporánea.

Ver todo Lo último en El mundo