Wall Street sufre su peor caída desde 2022 por tensiones económicas y políticas

Wall Street experimentó este lunes una caída significativa, con el índice Dow Jones disminuyendo un 2,08% y el S&P 500 contrayéndose un 2,7%. Sin embargo, el índice tecnológico Nasdaq fue el más afectado, hundiéndose un 4%, lo que representa su peor día desde 2022. Esta fuerte liquidación de acciones se vio impulsada por las preocupaciones en torno a la economía de EE.UU. y las recientes declaraciones del expresidente Donald Trump, generando una atmósfera de incertidumbre entre los inversores.

Los inversores se mantienen cautelosos ante la inminente publicación del índice de inflación, programada para el miércoles, mientras que el temor a una guerra comercial impulsada por Washington avanza como un espectro perturbador. Steve Sosnick, de Interactive Brokers, explicó que el mercado está reevaluando el equilibrio riesgo-beneficio en medio de la confusión provocada por las políticas arancelarias de Trump y las crecientes inquietudes sobre una posible desaceleración económica.

Entre las empresas más perjudicadas, Tesla destacó al perder más del 15% de su valor en la jornada. La compañía, emblemática en la industria de los vehículos eléctricos y estrechamente vinculada a Trump a través de su CEO Elon Musk, ha visto caer su valor a menos de la mitad de lo que alcanzó en diciembre pasado tras la elección del expresidente. Junto a Tesla, otras gigantes tecnológicas como Alphabet, Amazon y Meta también sufrieron pérdidas significativas.

Las declaraciones de Trump durante el fin de semana, en las que evitó predecir una posible recesión, no lograron tranquilizar a los mercados. En una entrevista con Fox News, el expresidente afirmó que estaba "trayendo la riqueza de vuelta a Estados Unidos", pero sus comentarios fueron recibidos con escepticismo por parte de analistas y economistas, quienes apuntan a la creciente presión económica.

Por otro lado, el secretario de comercio de Trump, Howard Lutnick, fue más directo al negar la posibilidad de una recesión. Sin embargo, esta contradicción en los mensajes del gobierno ha añadido más incertidumbre a un mercado que ya se estaba tambaleando. Las tensiones comerciales con Canadá y México, además de la guerra comercial con China, han contribuido a un clima de desconfianza que afecta tanto a los inversores como a los consumidores.

El efecto de estos conflictos en los índices de confianza de los consumidores es palpable, ya que muchos estadounidenses, desalentados por años de inflación, se preguntan si los aranceles impactarán aún más en los precios de los productos que adquieren. Este sentimiento negativo se traduce en decisiones de compra más cautelosas, lo que podría profundizar una desaceleración económica.

Patrick O'Hare, de Briefing.com, señaló que los inversores están perdiendo la fe en que Trump pueda revertir sus políticas para evitar una caída del mercado. El clima actual sugiere que los agentes de mercado están cada vez más convencidos de que las políticas del expresidente podrían ser la causa subyacente de la caída de los precios de las acciones.

Mientras tanto, a nivel internacional, la eurozona está lidiando con su propia crisis económica. Con un crecimiento del 0,9% en 2024 y cinco países, incluida Alemania, en recesión, el contexto global está lejos de ser optimista. Esto puede repercutir en la economía estadounidense, que ya enfrenta desafíos internos.

La situación se complica aún más con la implementación de nuevos aranceles chinos a productos agrícolas estadounidenses, lo que agrega presión sobre los precios y agrava las tensiones comerciales. Mark Carney, futuro primer ministro de Canadá, también ha lanzado críticas hacia Trump, reafirmando que su país no se convertirá en un "estado 51" bajo su mandato.

Con la mirada puesta en el índice de precios al consumidor que se dará a conocer pronto, los inversores se sienten atrapados en un ciclo de incertidumbre y volatilidad. La falta de datos claros sobre el desempeño económico durante la administración de Trump ha creado un ambiente propenso a la especulación y la ansiedad, lo que representa un desafío tanto para los mercados como para la economía en su conjunto.